La política de Estados Unidos para la región Andina, que se ha centrado principalmente en frenar el cultivo y el tráfico de drogas, ha sido ineficaz. En lugar de reducir el narcotráfico, lo que ha logrado es que el cultivo de droga simplemente se desplazara a otras zonas de la región y que los narcotraficantes de Colombia comenzaran a cooperar con las guerrillas de izquierda. Peor aún, los ingresos provenientes del tráfico de drogas están financiando el terrorismo internacional.
A pesar del apoyo brindado por la Administración Clinton, el plan de paz que tenía Colombia --llevar a las guerrillas a la mesa de negociaciones-- estaba condenado al fracaso porque las guerrillas no quieren paz, quieren victoria. En Colombia, el proceso de paz, mal conducido y sin estructura, solamente ha sido una oportunidad para que las guerrillas y los narcotraficantes intensificaran el tráfico de drogas y a la vez incrementaran los secuestros, las ejecuciones y los golpes terroristas.
La Administración Bush indicó el año pasado que seguirá apoyando el dificultoso proceso de paz en Colombia. Pero a menos que se desarrolle una nueva estrategia para esta región, las debilidades de la anterior política de EE.UU. socavarán los esfuerzos por ayudar a la región a lograr una mayor estabilidad política y económica. Específicamente:
- Los países andinos no deberían ser tratados como una unidad. Los problemas de Colombia relacionados con el terrorismo y la droga han crecido, extendiéndose a sus vecinos países de los Andes y estimulando las actividades delictivas en todo el hemisferio. En contraste, Bolivia y Perú lograron apuntaron a reducir el cultivo de coca, y Perú pudo derrotar a las guerrillas en su territorio. Mientras tanto, Ecuador, un país principalmente de tránsito de drogas, observó algunos avances en el control del narcotráfico. Semejantes diferencias entre los países andinos requieren una estrategia que trate a cada una de estas naciones sobre la base de sus propias necesidades y sus propios méritos.
- El proceso de paz de Colombia ha fracasado a pesar del apoyo de EE.UU. La Administración Bush heredó políticas que alentaban a Colombia a apaciguar a las guerrillas y a hacer concesiones, como por ejemplo ceder como santuario un territorio del tamaño de Suiza a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) -el grupo guerrillero más poderoso del país, al que la Administración Bush ha identificado como una organización terrorista. Esta estrategia de apaciguamiento solamente incentivó a las FARC y otros grupos armados a seguir su brutalidad hacia la población y cooperar con los narcotraficantes. El presidente de Colombia, Andrès Pastrana, anunció recientemente el fin del diálogo de paz con las guerrillas izquierdistas de su país y les ordenó abandonar la zona de seguridad ("zona de distensión") debido a los continuos ataques al pueblo, el gobierno y la infraestructura del país.
- La política de EE.UU. no debería limitar el desarrollo económico y comercial. El eje de la estrategia norteamericana de desarrollo económico para la región es la Ley de Preferencias Comerciales Andinas (ATPA, Andean Trade Preference Act), que busca fortalecer los sectores legítimos de las economías andinas mediante la creación de alternativas viables al negocio de las drogas. Lamentablemente, la ley ATPA no ha podido lograr su objetivo debido a la naturaleza limitada de sus concesiones comerciales. Un acuerdo de libre comercio integral debería ser más eficaz en la promoción del desarrollo económico.
Una nueva
estrategia estadounidense-andina.
La Administración Bush debería reconocer estos
puntos débiles de las políticas de EE.UU. para los
países andinos y establecer una nueva estrategia a largo
plazo que vaya más allá de las medidas a mitad de
camino y del acceso condicionado al mercado estadounidense. La
Administración Bush debería:
- Tratar los problemas de Colombia relacionados con la droga y la guerrilla como un asunto de seguridad que es básicamente diferente de los problemas que existen en otras naciones andinas. El problema del narcotráfico en Colombia ya no es más una cuestión de erradicación de las drogas y de desarrollo; ahora se ha convertido en una amenaza a la seguridad y debería ser tratado como tal. Bolivia, Ecuador y Perú tomaron fuertes medidas para erradicar la actividad guerrillera, y el cultivo y el comercio relacionado con la droga. Estos países deberían ser alentados a mantener la cuenta fiscal balanceada, liberalizar sus economías, privatizar las empresas estatales, controlar la inflación, eliminar la corrupción y fortalecer el estado de derecho.
- Apoyar la lucha de Colombia contra las guerrillas, los grupos paramilitares y los narcotraficantes. El creciente poder de los grupos guerrilleros en Colombia representa una amenaza para el gobierno colombiano y para la seguridad regional. La Administración debería apoyar el rechazo del gobierno colombiano a las medidas de apaciguamiento, ofreciendo asistencia para la seguridad así como también entrenamiento y equipos que permitan derrotar los problemas combinados de la violencia de la guerrilla y el tráfico de drogas. La Administración también debería destinar asistencia para la seguridad y equipamiento a los países vecinos de Colombia, para que puedan hacer frente a los problemas que se filtran a través de las fronteras de este país.
- Proporcionar las bases para la prosperidad ofreciendo un acuerdo de libre comercio. La ley ATPA es un acuerdo de comercio limitado. Estados Unidos debería mirar más allá de las preferencias comerciales y transformar esta ley en un acuerdo de libre comercio con Bolivia, Ecuador y Perú para permitirles que exporten más productos para los cuales tienen ventaja comparativa. La firma de un acuerdo comercial con Estados Unidos motivaría a estos países a sostener sus esfuerzos por erradicar el narcotráfico y derrotar a las guerrillas. Una vez que el gobierno colombiano haya demostrado su compromiso con estos objetivos también, Estados Unidos debería integrarlo a la agenda económica más amplia y al acuerdo de libre comercio.
Conclusión.
Estados Unidos debe modificar su política andina para
ayudar a las naciones de esta región a alcanzar la
estabilidad política y económica. El terrorismo de
guerrillas y el cultivo de drogas ilegales ahora ponen en peligro a
toda la región y a los intereses norteamericanos. Su
erradicación debe ser una prioridad, pero el problema de
Colombia debe ser encarado aparte, como un asunto de seguridad.
Bolivia, Ecuador y Perú deberían ser alentados a
continuar con la liberalización de sus economías y el
fortalecimiento del estado de derecho. Además, la ley ATPA
debería ser transformada en un acuerdo de libre comercio
completo con Bolivia, Ecuador y Perú. Colombia podría
unirse a este acuerdo a medida que demuestre su compromiso con la
liberalización del mercado, la erradicación del
narcotráfico y la derrota de las guerrillas.
Ana I. Eiras es Analista
de Política Económica para America Latina en el
Centro de Comercio Internacional y Econom í a (CITE); John C. Hulsman,
Ph.D., es Fellow de Investigación en Asuntos Europeos y
Stephen Johnson es
Analista de Poltica Pública para América Latina, en
el Instituto de Estudios Internacionales Kathryn y Shelby Cullom
Davis; y Brett D. Schaefer es
Fellow "Jay Kingham" en Asuntos Regulatorios Internacionales en el
Centro de Comercio Internacional y Economía (CITE) de The
Heritage Foundation. Los Asistentes de Investigación Anthony
Kim, Carrie Satterlee y Kimberly Thompson también
contribuyeron en este trabajo.