INTRODUCCIÓN
Después de muchos años de espera, en Noviembre del año pasado Chile recibió con placer la oferta de EEUU para iniciar una rueda de negociaciones hacia un tratado de libre comercio. Desde ese momento, Chile y los Estado Unidos han estado profundamente involucrados en las negociaciones y han logrado un progreso significativo en el avance de la agenda comercial. Ambos países tienen una larga historia de libertad económica, y una verdadera convicción de que abrir los mercados es el mejor modo de lograr crecimiento económico y estabilidad política. El tratado de libre comercio entre estas dos naciones, por lo tanto, es la consecuencia natural para dos países que creen en los beneficios que trae la apertura de los mercados.
Para los Estados Unidos, el acuerdo de libre comercio con Chile es extremadamente importante, y el primer paso, hacia su meta regional. Parte de la política exterior de los EE.UU. se orientará hacia la promoción de entornos económicos estables que a su vez traerán estabilidad política. Los Estados Unidos ve la promoción del libre comercio como la estrategia para alcanzar su meta regional, a través de la firma de acuerdos de libre comercio con países que comparten principios económicos similares a los de Estados Unidos. En este sentido, como lo declaró el Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR) Robert Zoellick durante su visita a Chile el 4 de Abril de 2001, el tratado de libre comercio con Chile será "un modelo para la región y para el resto del mundo" para promover la estabilidad política y económica en otros países.1
Para Chile, el tratado abre las puertas al mercado mas fuerte del mundo, y genera un sin fin de oportunidades para que el país crezca y continúe su desarrollo económico. No solo varias de sus industrias accederán a un mercado importante, sino que las mismas se beneficiaran con el acceso a nuevas tecnologías y recursos. Con este tratado de libre comercio, Chile, un país que ya está creciendo más rápido que el resto de Latinoamérica, tendrá una oportunidad de elevar la calidad de vida de sus habitantes.
BENEFICIO PARA EEUU
Un tratado de libre comercio con Chile tendrá un pequeño pero muy importante efecto económico en los Estados Unidos. El beneficio más importante de este tratado, sin embargo, es que fortalece la estrategia de EEUU en la región: promover la liberalización económica para traer estabilidad política y económica a sus vecinos.
La apertura al mercado chileno aumentará la competitividad en el mercado americano y ofrecerá mayores posibilidades de inversión para las compañías americanas en Chile. El consumidor americano se beneficiará con productos mejores y más baratos en el mercado, mientras que el productor americano se beneficiará con un acceso más amplio a oportunidades de exportaciones e inversión. Aún cuando las barreras arancelarias y no-arancelarias promedio que EEUU impone hoy a los productos chilenos no son demasiado altas para el estándar mundial, en algunos productos importantes el consumidor americano se verá sumamente beneficiado. Países como Chile, por ejemplo, permiten que EEUU disfrute de acceso a productos agrícolas estacionales, como las frutas y algunas verduras, durante todo el año. Por otra parte, amplia las opciones y mejora los precios en productos de la industria pesquera, mineral, y forestal.
Igualmente importantes son los beneficios del acuerdo para productores americanos buscando oportunidades de exportación. Si partimos de la base que los aranceles que hoy Chile impone hacia EEUU son mas altos que los que EEUU impone en los productos Chilenos, la eliminación de dichos aranceles aumentará las exportaciones americanas en mayor proporción que las importaciones de Chile a EEUU. Esto es particularmente cierto en productos de tecnología, ingeniería electrónica, software, maquinarias para la minería, equipos procesadores de alimentos, equipos para la construcción, plásticos y equipos generadores de energía eléctrica2. La visita del Presidente Chileno Lagos a Sillicon Valley hacia fines de 2000 evidencia, en cierta forma, la demanda de dichos productos.
Pero el beneficio más importante del tratado de libre comercio con Chile para Estados Unidos es que el tratado es una pieza clave en la estrategia de política exterior en la región, donde la meta es fomentar la liberalización económica. Chile es el país más abierto de Latinoamérica y, según el Índice de Libertad Económica 2001 de la Fundación Heritage y del Wall Street Journal, es la 13ava economía más libre del mundo. Por esta razón, la firma de un tratado de libre comercio con Chile, la economía más libre de Latinoamérica, es el primer paso hacia el avance de los intereses americanos en el hemisferio.
El Índice de Libertad Económica 2001 propone las bases para usar el libre comercio como estrategia para promover la liberalización económica. El índice proyecta una Asociación de Libre Comercio Global (ALCG) cuyos miembros deben cumplir con cuatro condiciones especiales: (1) una política comercial abierta; (2) políticas de inversión extranjera abiertas y transparentes; (3) la menor cantidad de regulaciones para poder iniciar una actividad comercial; y (4) derechos de propiedad garantizados.
Uno de los beneficios automáticos para los miembros de la ALCG es el acceso inmediato a un grupo de países abiertos y ricos, incluido Estados Unidos. Otro beneficio, que generalmente sigue al mencionado, es un incremento en la inversión de capital. Para los países que califican, la ALCG representa una gran oportunidad para aumentar su desarrollo y crecimiento económico, originando así niveles de vida más altos.
Según el Índice, Chile es el único país latino que ya califica plenamente para dicha asociación, junto con Singapur, la República Checa, Dinamarca, Estonia, Hong Kong, Irlanda, Luxemburgo, Nueva Zelanda y el Reino Unido. La liberalización económica, y no la geografía, es lo que estos países tienen en común. Todos ellos, de a poco y unilateralmente, han abierto sus mercados porque ven los beneficios que dicha apertura brinda. Por ser una creencia lo que los hace aliados, las negociaciones entre estos países probablemente se lleven a cabo sin mayores obstáculos y perdure a través de los años.
En la región, solo Uruguay, el cual necesita desregularizar aún mas la actividad comercial, y El Salvador, el cual necesita garantizar mas efectivamente los derechos de propiedad, están cerca de lograr el nivel de apertura de Chile. El resto de la región tendría que liberalizar en dos o más áreas como para poder comerciar libremente con los miembros de la asociación.
La ALCG se diferencia de otras estrategias de libre comercio, como por ejemplo la Asociación de Libre Comercio de las Américas (ALCA), en que los países de la primera deben abrir sus mercados antes del ingresar al club. Es una estrategia comercial que específicamente recompensa el compromiso que manifiesta una nación con la libertad económica. Asimismo, se castiga el proteccionismo dado que toda decisión que proteja los intereses políticos a costa de la libertad económica aleja a los países cada vez más de un próspero acuerdo comercial con los mercados más fuertes del mundo.
Para los Estados Unidos, como se mencionaba anteriormente, los beneficios de un tratado de libre comercio con un país pequeño difícilmente se vean registrados en su producto bruto interno. El beneficio económico que este tipo de acuerdos trae a los países pequeños, sin embargo, es extremadamente importante porque ayuda a que dicho país logre estabilidad económica y, mas adelante, estabilidad política. Esta última es la meta de Estados Unidos en la región. Por esa razón, un tratado de libre comercio con Chile constituye un paso muy importante para lograr la meta de política exterior americana en el hemisferio.
BENEFICIO PARA CHILE
Chile es uno de los pocos países en el mundo que cree en los beneficios que una economía abierta trae a su pueblo. Desde finales de los 70, el país ha luchado por expandir su economía buscando constantemente nuevos mercados alrededor del mundo. Para poder facilitar el flujo comercial, por ejemplo, el país decidió unilateralmente bajar sus aranceles a la importación y firmar acuerdos de libre comercio, permitiendo así un acceso más fácil a los mercados extranjeros. De esta forma, Chile ha diversificado su comercio hacia el mundo. Hoy en día, el país exporta a Asia, Europa y al continente americano. Los Estados Unidos, sin embargo, es el principal socio de exportación, representando el 17,5% de las exportaciones totales Chilena.
Un acuerdo entre Chile y Estados Unidos le daría a Chile una mayor integración con la mayor economía del mundo. La eliminación de los barreras arancelarias y no arancelarias que afectan a muchas exportaciones chilenas facilitarán aún mas dicha integración. El Instituto de Economía de la Universidad Católica de Chile estimó los principales efectos económicos de un acuerdo de libre comercio entre Chile y Estados Unidos. Los resultados predicen que en el corto plazo los sectores más beneficiados serán, en orden decreciente, agroindustria, pesca y derivados de pesca, servicios, minería e industria. De esta manera se espera un aumento de un 18% en el volumen de las exportaciones chilenas hacia Estados Unidos. Este crecimiento tendría un efecto positivo en los salarios de los trabajadores así como también en el empleo.
El acuerdo otorgaría un respaldo al régimen económico de libre mercado y por tanto su estabilidad en nuestro país sería mayor, revirtiendo ciertas corrientes proteccionistas que han aumentado su influencia en los últimos años. La garantía de una mayor estabilidad institucional facilitará una mayor y mejor integración con los mercados financieros y de inversión internacionales. Esto permitirá a las empresas locales a acceder a un financiamiento de un menor costo relativo respecto de la realidad actual por la percepción de un menor riesgo país.
Ahora bien, existe cierta preocupación sobre el efecto que tendría este acuerdo sobre el sector agrícola tradicional chileno. De hecho, en un estudio preparado para la Sociedad Nacional de Agricultura de Chile, Jorge Quiroz, Felipe Larraín y Raúl Labán3 señalaron que se verían afectados algunos cultivos como trigo, maíz y probablemente arroz, mejorando parcialmente otros. En este sentido, el gobierno chileno ha tratado de proteger el trigo, por ejemplo, con un arancel efectivo algunas veces tan alto como el 90 por ciento.
En respuesta al acuerdo que Chile tiene con Mercosur y Canadá, el sector agrícola chileno ya ha iniciado un proceso de cambio en la estructura productiva de la agricultura hacia cultivos más productivos. Es poco probable que un acuerdo con Estados Unidos trajera cambios más desafiantes que aquellos que la agricultura chilena ya esta enfrentando. El ajuste del sector agrícola necesita continuar para poder facilitar las futuras negociaciones del tratado, dado que un arancel efectivo alto como el que recién se mencionaba solo lograría frustrar futuras negociaciones.
El gobierno chileno puede jugar un papel significativo en la reducción del costo social que un tratado de libre comercio con Estados Unidos podría traer. La autoridad podría revisar y modificar aquellas políticas o normativas que afectan negativamente la competitividad futura de las empresas. Especialmente relevantes son la política laboral - por la incidencia del factor trabajo en los costos -, la política tributaria - por las distorsiones que genera -, y las políticas que afectan el mercado de la tierra.
Al mismo tiempo, y como para poder facilitar las futuras negociaciones del acuerdo, el gobierno chileno debería continuar liberalizando su economía en otras áreas que no se encuentran directamente involucradas en el tratado, como la reducción de impuestos a las corporaciones, la desregularización del sistema bancario y la eliminación de restricciones a la inversión extranjera directa y flujo de capitales a corto plazo.
CONCLUSIÓN
Un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Chile beneficiará enormemente a ambos países, ayudándolos a alcanzar sus metas individuales. Para Chile, un acuerdo con los EE.UU. impactaría positivamente en su crecimiento y en la calidad de vida del pueblo chileno, trayendo así una oportunidad histórica para que el país continúe desarrollándose en la región. Para los Estados Unidos, el acuerdo será el primer paso para avanzar los intereses del país en el hemisferio, promover la liberalización económica, y, mas adelante, la estabilidad política.
El libre comercio entre dos países que comparten los mismos valores solo mejora la vida de los ciudadanos de cada país, al elevarles su calidad de vida, incrementar sus oportunidades económicas y proveerles con un entorno político que protege, mas que amenaza, la riqueza de su gente. En este sentido, el acuerdo entre Chile y Estados Unidos enviará una señal fuerte al resto de Latinoamérica, de que la liberalización económica premia a los países en muchos sentidos, mientras que el proteccionismo solo puede castigarlos.
Ana I. Eiras es Analista de Política Económica para Latinoamérica en el Centro de Comercio Internacional y Economía (CITE) de la Fundación Heritage de Estados Unidos y Tomás Flores es Director del Programa Económico de la Fundación Libertad y Desarrollo de Chile.