Política de Estados Unidos para AméricaLatina: Lecciones extraídas de Argentina

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Política de Estados Unidos para AméricaLatina: Lecciones extraídas de Argentina

January 15, 2002 6 min read

Authors: Ana Eiras and Gerald O'Driscoll

Algunos críticos atribuyen el colapso del año pasa-do en Argentina a las políticas de la administración Bush. Sin embargo, un análisis más profundo revela que la administración Bush tomó la decisión correcta al no respaldar una nueva extensión del préstamo del Fondo Monetario Internacional (FMI) para ese país. Adoptar esa alternativa, habría prolongado, mas que solucionado, el malestar económico de la República. Por el contrario, la política de EE.UU. debería crear oportunidades e incentivos para que los países adop-taran reformas económicas e instituyeran el estado de derecho en vez de incrementar su dependencia de los préstamos internacionales.

La administración Bush demostró su comprensión de este principio al realizar dos importantes cambios de política el año pasado. En primer lugar, puso fin a la política de rescate ciego de países en crisis; y en segundo lugar, fortaleció el liderazgo estadounidense en el comercio al buscar la autoridad para negociar acuerdos de libre comercio (la llamada Trade Promotion Authority, TPA). La combinación de estas dos estrategias alentará a las perturbadas economías de América Latina a implementar las reformas necesarias por sí mismas--lo que en definitiva es lo único que garantiza la estabilidad de dichas reformas.

Lecciones extraídas de Argentina
Algunos dicen que la caída de la economía argentina fue el resultado de la política exterior de EE.UU., en especial la decisión de la administración Bush de no respaldar un nuevo rescate para Argentina ante la inminencia del colapso del país. Esta postura ignora que la crisis de la Argentina es consecuencia directa de las malas elecciones de política económica implementadas a nivel doméstico por una sucesión de gobiernos. Si bien Argentina había acogido algunas políticas de libre mercado, no realizó las reformas institucionales necesarias para respaldarlas. Además, recurrió al incremento de la deuda y al aumento de la carga impositiva, dos políticas que obstaculizan el desa-rrollo y la expansión de los mercados.

Los hacedores de políticas de EE.UU. pueden obtener tres valiosas lecciones de la experiencia argentina acerca de cómo abordar la situación de los países de América Latina que se encuentran en dificultades.

Lección 1: Los rescates internacionales alientan conductas arriesgadas tanto en los gobiernos como en los inversores
Si alguien debe compartir la responsabilidad de la crisis de Argentina, es el Fondo Monetario Internacional. Sus propios archivos muestran que, desde 1983, su financiación a Argentina ha sido continua e indepen-diente de que el país cumpliera con las condiciones de los préstamos anteriores o de que, de hecho, se encontrara en crisis. Este tipo de práctica respecto de los préstamos acarreó dos consecuencias negativas. Primero, la ayuda del FMI se convirtió en un factor predecible y una señal para los inversores de que su riesgo sería mitigado por un rescate: la inversión en bonos argentinos generaría ganancias con 100 por ciento de seguridad a pesar de la inestabilidad de las condiciones económicas. Segundo, el gobierno argentino careció de incentivos para implementar reformas ya que el dinero seguía ingresando. Estas consecuencias condujeron a la cesación de pago reciente del país, y provocarán la emigración del capital si el gobierno actual levantase las restricciones financieras establecidas por la administración anterior.

Lección 2: Una reforma se implementa efectivamente sólo si surge del deseo genuino de un país y las prácticas de concesión de préstamos del FMI socavan el proceso de reforma
En agosto de 2001, Argentina solicitó una nueva financiación al FMI para paliar sus problemas económicos. La respuesta inmediata de Estados Unidos fue cuestionar si ese esfuerzo se justificaba. Paul O'Neill, Secretario del Tesoro, Alan Greenspan, Presidente de la Reserva Federal y Colin Powell, Secretario de Estado, entre otros, declararon públicamente que los problemas de la Argentina eran responsabilidad del propio país y que no eran necesarios nuevos préstamos del FMI. Como consecuencia de esa fuerte postura, las autoridades argentinas comenzaron a debatir la reforma económica. No obstante, cuando el FMI anunció posteriormente que recomendaría un pronto desembolso de fondos para la Argentina, el debate concluyó. La respuesta del gobierno argentino claramente demuestra que las políticas del FMI son contraproducentes e impiden las mismas reformas que deberían fomentar. Las reformas deben nacer del propio país para ser duraderas.

Lección 3: Aun cuando se reforme, es fundamental contar con un fuerte estado de derecho.
El estado de derecho es crucial para el éxito de las reformas económicas. El mismo, ayuda a mantener la estabilidad de los cambios e impide que el gobierno anule una ley con el propósito de abolir una reforma. El futuro de las economías de los países de América Latina continuará siendo incierto a menos que se reformen sus sistemas legales y judiciales. Algunos países de América Latina han implementado reformas con un éxito palpable, como lo demuestra el caso de Chile, cuyos líderes optaron por no depender de la financiación del FMI sino por alcanzar la libertad económica y política.

Prioridades para una nueva política estadounidense en América Latina
La política exterior de Estados Unidos para América Latina debería promover incentivos para la reforma. Específicamente la administración Bush debería:

  • Avanzar acuerdos bilaterales de libre comercio para generar mayores oportunidades para que las reformas económicas prosperen. La certeza de un tratado de libre comercio con Estados Unidos alienta la reforma. La política comercial de EE.UU. en la región se basa en el establecimiento de un Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA); sin embargo, esta estrategia ofrece sólo la promesa, no la certeza, de libre comercio. En consecuencia, ha generado el efecto contrario, induciendo a los gobiernos a detener sus esfuerzos por liberalizar para utilizar las reformas como elemento de regateo en las negociaciones con Estados Unidos. La política comercial de EE.UU. debería alentar a los países a abrir sus mercados antes de que se inicien las negociaciones comerciales. La administración Bush debería ofrecer un acuerdo de libre comercio a todo país que ya hubiese abierto su economía. Actualmente se encuentran en curso las negociaciones con Chile, país que apoya el libre mercado. Uruguay, que ha tomado sólidas medidas para abrir su economía durante los últimos años y está atrayendo mucho del capital que emigra de Argentina, podría ser el próximo candidato. Esta política alentaría a otros países a abrir sus mercados e implementar las reformas necesarias para firmar un acuerdo co-mercial con Estados Unidos.
  • Avanzar la reforma del FMI con el propósito de corregir sus contraproducentes prácticas de otorgamiento de préstamos. Los fundamentos de la reforma del FMI pueden verse en el informe de la Comisión Asesora de Instituciones Financieras Internacionales, presidida por Allan H. Meltzer de la Carnegie Mellon University. Este informe promueve, por ejemplo, un sistema ba-sado en un conjunto de condiciones previas que los países deben cumplir como requisito necesario para obtener un préstamo. Dichas condiciones incluyen una sólida política fiscal, libertad de entrada y operación para instituciones financieras extranjeras y la adecuada capitalización de los bancos comerciales. La dependencia de los préstamos extranjeros y las futuras crisis económicas disminuirán en América Latina si se desarrolla un entorno que promueva la eficacia y los beneficios de los mercados libres.

Conclusión
La crisis argentina demuestra que los países de América Latina deben adoptar el capitalismo en su totalidad para poder lograr una prosperidad duradera. Estados Unidos debería proporcionar incentivos para que los países de la región instituyeran las reformas necesarias para disminuir cada vez más su dependencia de los préstamos internacionales y para que construyeran y sustentaran su propia prosperidad con el correr del tiempo.

Ana I. Eiras es Analista de Política Económica para Latinoamérica en, y Gerald P. O'Driscoll, Jr., Ph.D. es Director del, Centro de Comercio Internacional y Economía (CITE) en The Heritage Foundation.

Authors

Ana Eiras

Former Senior Policy Analyst on International Economics

Gerald O'Driscoll

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