La venganza puede ser algo muy peligroso. Tal vez algo para contemplar ahora que el Congreso se postula para reformar la industria financiera de nuestro país.
Sin duda los servicios financieros, es una de nuestras industrias más importantes. Es por eso que el reformar dicha industria nos afectaría a todos – incluyéndonos aquí en Nueva York, el epicentro de la industria financiera.
Es más, fue solo hace un par de años que esta ciudad presenció un desastre caótico por todo Wall Street con el fracaso de bancos inversionistas y empresas financieras.
El desastre parecía continuar sin fin, dejando en su camino más preguntas que respuestas. No obstante, una de ellas incluía, ¿Cómo es que esto pudo suceder en nuestro sistema financiero tan sofisticado?
Y fue en este caótico ambiente que el gobierno intercedió. Lamentablemente, la respuesta sirvió como otro ejemplo en los peligros de la intervención federal.
Parte de ello se debe al hecho que el gobierno eligió el rescatar a varias empresas financieras. Tras el paso del tiempo, el término, “muy grande para fracasar” estaba siendo utilizada por varias empresas para justificar el ser rescatado por el gobierno. A la sorpresa de pocos, varias empresas extendieron sus manos para recibir ayuda financiera del gobierno y aprovecharse de la disposición generosa de Washington.
Lo peor de todo es que muchas de estas empresas pidiendo ayuda del gobierno, habían cometido serios errores y decisiones equivocadas.
Y en caso que te hallas olvidado, es nuestro dinero, pagado por impuestos, que capacita al gobierno el ser generosos con empresas financieras. Así que aunque lo sepas o no, es nuestro dinero que ayudó a respaldar a varias empresas en Wall Street, y será utilizado en el futuro si nuevamente se presenta esta necesidad.
Es por eso que es particularmente importante tomarlo en cuenta ahora que el Congreso considera una propuesta del Senador de Connecticut, Chris Dodd para reformar el sistema regulatorio de la industria financiera. Además de la apropiada crítica que esta propuesta pudiera ser contaminada con política partidista con un ojo hacia las elecciones congresionales, este proyecto de ley tiene varias faltas.
Al final del día, dos temas centrales tienen que sobresalir en este debate importante. Lo primero es que tenemos que parar en hacer villanos a Wall Street. Tomemos en cuenta que una exitosa Wall Street es bueno para nuestro país (y nuestra ciudad), y cualquier reforma tiene que evitar el impedir la innovación y competición que son tan importantes en esta industria.
No cabe duda que todos estábamos irritados y molestos al enterarnos del fraude y abuso en Wall Street, pero es precisamente por eso que tenemos que asegurar que nuestros representantes en Washington no se dejen llevar por la pasión y actúan responsablemente para asegurar que no cometamos los errores del pasado nuevamente.
First appeared in El Diario de La Prensa